15 de febrero de 2014


Mientras en el Estado Español el gran monopolio Coca Cola quiere dejar en la calle a unos 700 trabajadores, hace más de un mes que en Colombia el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos, SINALTRAINAL, presentó una tabla de peticiones a la empresa de refrescos Coca-Cola con el fin de exigir a dicha trasnacional respetar los derechos de los trabajadores a organizarse y defender sus intereses, así como el cese a la sobre-explotación permanente hacia los mismos -quienes son obligados a sobrecargas laborales y bajos salarios, la subcontratación de empleados y el despido sin indemnización de centenares de ellos, así como el no reconocimiento de los convenios colectivos. Recordemos que Coca Cola ha usado la maniobra en Colombia de despedir a centenares de trabajadores/as, para luego volver a contratarlos (o subcontratarlos) bajo peores condiciones laborales. No dejemos de perder de vista este dato, pues en España, al calor de la última reforma laboral, este parece ser el camino que quiere tomar muchas empresas para aumentar aún más sus grandes beneficios: la subcontratación y precarización de las condiciones laborales. 
 
Con este pliego de peticiones, pretendemos que sea distribuida entre los trabajadores una pequeña parte de las millonarias ganancias que diariamente producimos los trabajadores para los accionistas de la multinacional Coca Cola y sus empresas fachadas”.


Activistas y empleados que ahora mismo se encuentran en negociaciones con la corporación aseguran que su participación es vulnerable no sólo por las condiciones laborales en sí, sino además por las condiciones sociales y políticas del país. En Colombia es peligroso ser sindicalista, estudiante, indígena, campesino, etc. Pertenecer a cualquier organización que reclame justicia social implica ser foco del Estado, un foco a eliminar. Por poner tan solo un ejemplo, para en el año 2000, tres de cada cinco sindicalistas asesinados en el mundo murieron en Colombia.


Desde que las trasnacionales se asentaron en territorio Colombiano, sobre todo a principios del siglo XX, han dejado un rastro miseria que se ha plasmado en el marco social, económico y ambiental. Casos recientes son los de Coca-Cola, Drummond y Nestlé, que han sido acusadas de aliarse con el ejército nacional para colaborar con paramilitares e intimidar, torturar y asesinar a miembros de organizadores sociales y sindicales.


Dentro de la tabla de peticiones de SINALTRAINAL, se enmarcan algunos puntos a negociar. La campaña iniciada por los/as trabajadores/as exige a Coca-Cola suspender los despidos masivos a nivel mundial y garantías a nivel laboral, pero sobre todo respeto por los derechos laborales conseguidos en los convenios colectivos de trabajo y el derecho a la organización y la movilización sindical. Se le exige al Estado colombiano, por un lado, que se detenga la criminalización, el acoso a la protesta social y el injusto encarcelamiento de sindicalistas; y por consiguiente, que se enjuicie a aquellos responsables y participantes en los asesinatos de miembros de las movilizaciones.


La maniobra establecida por el gobierno -cuyo interés político/económico, ligado a la oligarquía del país, incide en la connivencia con los grupos trasnacionales y el imperialismo, que solo le dejan miseria al pueblo, pero que alimentan las ganancias de la oligarquía nacional-, acrecienta el terrorismo de Estado representado en grupos paramilitares adheridos a un capitalismo voraz por parte de las empresas trasnacionales. 
 

SINALTRAINAL nació hace décadas para servir a los trabajadores como un instrumento de organización y movilización importante del sistema agroalimentario en Colombia y persiste desde entonces, junto con otros sectores populares, en la lucha por lograr condiciones dignas de la clase obrera. Sin embargo, dicho proceso le ha costado la vida de muchos de sus integrantes, dirigentes y afiliados, múltiples exiliados y desplazados. Recientemente y con mayor fuerza, el Estado y las transnacionales, como Coca-Cola, han desatado una campaña de criminalización de la protesta social vinculándolos con organizaciones guerrilleras. Y es, actualmente, una organización que negocia con Coca-Cola en medio de una ofensiva de amenazas de muerte contra sus afiliados y sus familias y la estigmatización de la protesta y el interés por eliminar el sindicato. Estas condiciones ponen en riesgo la integridad de la misma y demuestra una vez más que en Colombia la intimidación es la primera herramienta de terrorismo de Estado el desarrollo de colectividades y la libertad sindical.


Se exigen garantías para la lucha: 
 

Exigimos garantías para los trabajadores judicializados, amenazados y perseguidos, alimentación, plan de medicina prepagada por cuenta de Coca Cola para atender la salud de trabajadores y familias, derecho a vivienda, educación, estabilidad laboral, entre otros.

Javier Correa, presidente de Sinaltrainal, declaró el pasado 5 de diciembre que "según un artículo publicado, funcionarios de Coca-Cola se reunieron en 1998 con el líder paramilitar Carlos Castaño en Córdoba"
 
Las investigaciones se han acogido además a los informes de derechos humanos dan testimonio del permanente accionar de grupos paramilitares que actúan en complicidad con las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad del Estado, sumado a esto es claro para los trabajadores que se ha favorecido a las multinacionales y a sus filiales.


El 22 de julio se inició una campaña internacional para exigir que Coca-Cola deje de colaborar con los paramilitares, respete los derechos de los trabajadores y pague indemnizaciones a las víctimas. El sindicato pide que la gente apoye la campaña en cualquier manera posible.


La campaña es el resultado de tres audiencias llevadas a cabo en Atlanta (Georgia, EE.UU.), Bruselas (Bélgica) y Bogotá, Colombia, en 2002. Sinaltrainal, junto con otras organizaciones que participaron en esas audiencias públicas, decidió convocar al mundo a protestar contra los abusos que Coca-Cola ha cometido contra los sindicalistas colombianos.


En la coyuntura actual de crisis estructural del sistema capitalista, el internacionalismo, representado en la solidaridad política y de clase, son una potente herramienta que tienen los trabajadores/as de todo el mundo. Juntos podemos librar grandes batallas y salir triunfantes antes la precarización y explotación a que someten las transnacionales a los trabajadores/as de todo el mundo. Teniendo en cuenta esto, el sindicato de trabajadores realizará protestas en toda Colombia el próximo viernes 14 de febrero como muestra de solidaridad con la justa lucha de los trabajadores/as de CocaCola en el Estado Español.






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