Proceso de Diálogo
Las mentiras del gobierno colombiano
Por: Plataforma de Solidaridad con Colombia Madrid
Hace
un tiempo, cuando se empezó a hablar de los posibles diálogos entre la
insurgencia y el gobierno colombiano, nos hacíamos la pregunta de: ¿se camina hacia la paz?.
Y nuestro planteamiento era claro: el conflicto colombiano tiene unas
fuertes raíces sociales, que deben ser resueltas para que exista una
salida política efectiva. Además hacíamos
una comparativa de otros procesos anteriores con el mismo grupo
insurgente, es decir, las FARC-EP. Coincidiendo en que cada uno de ellos
encerraba un plan macabro por parte del gobierno, explicado
únicamente por la correlación de fuerzas existentes, junto con unos
intereses materiales objetivos a los que representa y no por impresiones
o “maldades” subjetivas o personalistas de ciertos gobernantes.
Hoy
no es la doctrina de seguridad democrática, ni la persecución del
flagelo comunista y el narcotráfico. Tampoco el Plan Colombia, pero si
la mega minería y la agroindustria que pretende expulsar a las
comunidades campesinas de su territorio; es decir, la tenencia de la
tierra continúa siendo después de más de 50 años uno de los principales
males endémicos del país. No por muchas repeticiones a la opinión
pública sobre las supuestas mejoras de vida a las que alude el propio
Estado significa que sean verdaderas.
Con
todos estos elementos sobre la mesa, esperamos con ansiedad el día en
que tanto el gobierno como la insurgencia se pronuncien respecto a los
objetivos que les llevan a la mesa de diálogo. Las FARC-EP explican
claramente su carácter ideológico: La
desigualdad social como causa del conflicto interno, la paz con justicia
social y la soberanía, donde el pueblo debe ser el protagonista. Con el
silencio de las armas solamente no será posible que haya paz.
La sorpresa para algunos es la reacción por parte del representante del gobierno cuando tajantemente dice que :“No está en discusión el modelo económico, ni el modelo de desarrollo[…] ni la inversión extranjera,
ni la propiedad privada. Eso es cosa de la ideología de las FARC. Aquí
lo que se pretende es terminar con un conflicto armado”. “Cuando me he
referido a las víctimas he querido decir claramente que las FARC tienen
que dar la cara frente a sus víctimas”, en respuesta a un periodista de TVE sobre
las víctimas de la UP. Quiere decir que en este proceso lo que busca
el gobierno es el abandono de armas por parte de la insurgencia, tal
como ocurrió con la desmovilización del M19, el Quinten Lame, una
excisión del EPL. ¿Qué cambios sustanciales se dieron posterior a estos
procesos?: e l asesinato de una gran parte de la dirigencia de estos
grupos, el exterminio político y el abandono de los combatientes,
aunque muchos de los que hoy subsisten en las entrañas del sistema digan
que ha valido para algo. La historia no puede ser desdibujada para
calmar las conciencias de quienes viven acomodados en la parcela de poder obtenida a cambio de la traición. Está equivocado el señor Humberto de la Calle cuando dice: “las FARC debe dejar primero las armas para hacer política”. Es la misma
monserga para crédulos que no ven dos dedos más allá de su frente. Hoy
mismo vivimos la persecución y criminalización de la protesta social y
popular, que enarbolan las banderas del cambio, como es el ejemplo del
Movimiento Social y Político Marcha Patriótica.
Según el comunicado conjunto del Gobierno y la Insurgencia, el primer punto que se ha de tocar es: ‘Política de desarrollo agrario integral’ . Y si como dice el señor de la Calle el modelo económico, el modelo de desarrollo y la inversión extranjera no están en discusión. ¿De qué desarrollo hablamos, entonces?. Y en el punto de: ‘Participación política’, si el movimiento social y popular no empieza por formar parte de ese diálogo, entonces, ¿dónde queda este enunciado?. Y si además el tema de: ‘Víctimas y verdad’, sólo
va a referirse al 6%, que es lo que según las estadísticas de las
organizaciones de derechos humanos, corresponde a la insurgencia, ¿dónde
se queda el 94% restante, donde el estado es parte por acción (fuerzas
militares) y por omisión (permitiendo y auspiciando grupos paramilitares)?.
Quiere decir entonces que seguiremos hablando de impunidad, que los
crímenes de estado no serán resueltos. Ahora además blindando
jurídicamente a los militares (a través de fuero militar). Y eso sin
hablar de los crímenes de lesa humanidad. Así que de solucionar el
problema de las drogas y el fin del conflicto, que son los otros dos
puntos a tratar, mejor ni hablar.
Después
de escuchar y analizar atentamente la rueda de prensa en Oslo, y
poniendo estas cuestiones encima de la mesa, pensamos que
nos quieren dar gato por liebre. Así no es señores; ni el pueblo
colombiano, ni la opinión pública nos comemos este filete. Y como dice
el refranero popular: “a otro perro con ese hueso”. Exigimos respeto y
la participación del Movimiento Social y Popular, para que este proceso
se convierta realmente en una Salida Política al conflicto interno que
azota a Colombia desde hace ya tantas décadas. No creemos en una Paz de los cementerios que continúe desangrando al pueblo con la violencia estructural del capitalismo.